Por Benito Camelo
En un giro digno de una telenovela de bajo presupuesto, Nicolás Maduro ha reafirmado que no tiene intenciones de abandonar el Palacio de Miraflores. ¿La razón? Aparentemente, no tiene adónde ir. Y es que, según fuentes muy confiables, en Cuba no lo quieren porque "come mucho" y ya la comida apenas alcanza para el presidente Díaz-Canel y el Primer Ministro Marrero. ¡Vaya dilema!
La Vida en el Palacio: Un Paraíso Restringido
Mientras el mundo exterior sigue girando, Maduro se
atrinchera en su palacio como un rey sin reino. "¿Para qué salir?",
se le escuchó murmurar en una conversación privada con su reflejo en el espejo.
"Fuera hay escasez, y aquí tengo mis lujos... aunque la comida se esté
acabando". Es un verdadero líder que prefiere la soledad del palacio a
enfrentar la realidad de un país sumido en crisis.
Una Propuesta Sorprendente: ¡Uber al Rescate!
En un movimiento que podría rivalizar con las mejores
comedias románticas, Estados Unidos ha considerado enviarle un "Uber"
en forma de portaaviones del Comando Sur para ir a buscarlo. "Es lo menos
que podemos hacer por él", comentó un funcionario anónimo mientras
revisaba el mapa de Venezuela. "De paso, podríamos ofrecerle hospedaje en
una cárcel de máxima seguridad para cuidarlo y que nadie le haga daño. ¡Es el
trato perfecto!"
Imaginemos la escena: Maduro, con su característico peinado
y chaqueta, siendo escoltado por marines estadounidenses mientras se pregunta
si podrá llevarse su colección de arepas. "No quiero ser una carga",
diría con un tono de preocupación genuina.
La comida: un tema delicado
Mientras tanto, los rumores sobre su voraz apetito han
llegado a oídos del gobierno cubano. "¡No podemos permitir que venga
aquí!", exclamó un funcionario cubano. "Ya apenas tenemos suficiente
para nosotros y eso incluye las sobras del almuerzo del presidente". Así
que, por ahora, Maduro se queda donde está: encerrado entre paredes doradas y
con una despensa cada vez más vacía.
El Futuro: ¿Un Viaje Inesperado?
Así que aquí estamos, observando cómo Maduro se aferra a su
trono en Miraflores mientras el resto del mundo se ríe (o llora) de esta
tragicomedia política. ¿Qué pasará cuando finalmente decida salir? ¿Se
convertirá en el nuevo embajador de las arepas en Estados Unidos o simplemente
será otro exiliado más?
Por ahora, todo lo que podemos hacer es esperar y ver si
algún día decide salir a buscar un poco de aire fresco... o al menos un buen
plato de comida. Ojalá y los Estados Unidos le envíen ese Uber pronto.